Mi cambio de Percepción…
¡Hola! Me llamo Cristina Nadal y nací en Valencia, España. Desde hace más de 10 años vivo felizmente en Alemania, cerca de Tübingen, en la provincia de Baden-Württemberg. Tengo 4 hijos, de los cuales, el mayor tiene 8 años y los trillizos tienen 5 años.
Soy un alma inquieta, curiosa, alegre, decidida, organizada, íntegra, emprendedora y valiente. Amo aprender y enseñar lo que sé y adoro. Me suelo enamorar de todo lo que hago y le pongo todo mi corazón. Disfruto compartiendo tiempo con mi familia, sobre todo con mis hijos. Me encanta viajar, conocer nuevas personas, nuevos lugares, nuevas maneras de conocernos a nosotros mismos, ya que en mi opinión, solo el conocimiento de uno mismo nos libera de nuestra propia cárcel.
Tengo una creencia que he convertido en mi Leitmotiv y es que los retos son oportunidades disfrazadas. Cada vez que ha habido un cambio en mi vida he salido reforzada y con nuevas habilidades. ¿No lo crees así?
ALGUNOS DE MIS DESAFIOS
Con 29 años me vine a Alemania a vivir sin mi familia y amigos. Vine por amor pero por circunstancias de mi trabajo vivía a dos horas de mi pareja. Esta experiencia me demostró cuán resiliente soy, cómo de rápido puedo aprender un idioma nuevo, conseguir nuevas y maravillosas amistades y aprender nuevas tareas en mi trabajo.
Otro punto de inflexión fue con 35 años cuando dí a luz a mis trillizos. Buscando un herman@ para mi primer hijo nos encontramos con la sorpresa de esperar trillizos. La conmoción fue mayúscula y lejos de sentir alegría y gozo, sentí un miedo terrible al futuro. Hoy día tienen 5 años y mirando hacia atrás me doy cuenta de que soy super organizada y que dentro de mí hay muchísimo más amor del que me creí capaz de sentir y de dar. Ellos pusieron mi mundo del revés y descubrí que tengo mucho más que aportar a este mundo de lo que yo creía.
Y por último te cuento que hace 2 años la empresa, en la que trabajé desde que terminé la carrera, y yo decidimos poner punto y final a nuestro contrato. Fue una decisión muy difícil porque tener un contrato con ellos significaba sentir la seguridad de un puesto fijo donde era conocida y valorada. Al terminar el contrato con ellos, sentí que mi reconocimiento y por lo que yo era valorada se terminaba con esa etapa. Tuve que darme cuenta de que yo no valgo por lo que hago sino por lo que soy y doy. Empecé a conectarme con mi verdadero propósito y mi motivo para vivir. Éste es ayudar a los demás a que se tomen consciencia de sus creencias limitantes (inconscientes) y las transformen en creencias potenciadoras. De ese modo podrán conseguir aquello que anhelan y les hace feliz.
Una cosa tengo clara y es que todos somos capaces de conseguir aquello que anhelamos. El anhelo de nuestra alma siempre es desarrollarnos y evolucionar, pero no hace falta que aprendamos sufriendo. También podemos desarrollarnos personal y espiritualmente a través de la alegría y el amor. Ese es mi papel: ayudarte a ver todo el potencial que tienes en ti y que lo pongas al servicio de tu propia vida y de los que te rodean sin tener que sufrir ni pasar pruebas difíciles.
¡Muchísimas gracias por estar aquí!
Con amor y gratitud♥,
Cristina Nadal